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El rostro de la resistencia: afectos, cuerpas y travestis.

POR: LA JUANA TORRES Y ALEXA NAIROBI


Hoy 31 de marzo abrazamos el día internacional de la visibilidad Trans en un país donde ser visiblemente Trans te cuesta la vida, y donde resistir desde nuestras identidades es una pelea de todos los días, que va desde cuidarnos más que el resto hasta amarnos entre nosotrxs con una valentía, coraje y comprensión que nunca llegarán a entender quienes han vuelto este día, un memorándum de lo que somos y de lo que valemos frente a tanto odio y violencia.


Por eso, celebramos el verdadero rostro: La resistencia de una Travesti que se elige Trans y Travesti todos los días de su existencia, en la marea de lo que perpetúan casi que imposible, pero que no nos hace imposibles.


Me llamo Juana, soy una Mujer Trans/Travesti de 19 años y no sería Juana, si no hubiera tenido tantos referentes desde que empecé a sentir la rebelión en mi cuerpa y en mi interior. No sería la persona que soy, si un día no me hubiera sentado al lado de una Travesti que me hizo recordar que no hay nada más doloroso que escogerse a una misma en esta ciudad, en este país y frente a estas instituciones. No sería la persona que soy, si Keimil, mi madre Trans, no me lleva de la mano a entender lo que pasaba en cada parte de mí o si Miel, mi hermana, nunca encendiera sus ojos y su sonrisa frente a tantas miradas de desaprobación, de burlas, de acoso, con tanta seguridad y con tanta belleza, que ser Travesti nunca parece una batalla cuando las tienes cerca.


Por otro lado, transitar en Montería, llevando un rostro de resistencia y de visibilidad, no sería lo mismo, si una vez no me voy al mar, junto a una belleza como Seol, que me enseñó a caminar sin miedo en un lugar desconocido, donde las aguas mágicamente nos hicieron sirenas libres sin miedo a ser cazadas.


Si tuviera que hablar de visibilidad, hablaría también de ella, que me apretó el corazón cuando dijo en nuestro primer Ballroom monteriano, al ganar su primer Grand Prize: “esta es la primera vez que gano algo así”. Y yo con ganas de abrazarla y decirle: amor, contigo a nuestro lado ganamos todas, y verás que algún día dejaremos de sentir que tenemos que perderlo todo, para ser quiénes somos.


Yo entiendo la visibilidad en el trabajo, en el amor, en el talento, en la inteligencia y en la lucha de mis hermanxs Sang, Kevin, Mario, Celeste, Ross, Mike, Zara, Lee, luchita, Camilx, Liss, Andrew, que han sostenido una fuerza en Borboleta, para que colectivamente aprendamos a defendernos, a querernos, a desear un futuro sin miedo, a superarnos y a apoyarnos, cuando estemos sintiendo que esconderse, que estar tristes, cansades, parece quitarnos la luz, ahí está ese rostro de la resistencia, levantándonos el corazón y las ganas de vivir. Todxs ellxs son mi corazón y mis ganas de vivir, cada historia, cada dificultad para transitar, cada risa, cada momento de felicidad. ¿Podría hablar de visibilidad y de resistencia sin ellxs? Jamás.


No existe duda que en el mundo social, político, económico y cultural que habitamos se ha declarado una guerra contra las travestis, personas trans, mujeres y otras diversidades sexuales y de género. Basta con observar cifras, patrones de violencias y la sistematicidad del daño ejercido contra sus cuerpos. Y si bien dentro de ese orden violento se han abierto pequeñas grietas, para que las personas trans gocemos de algunos derechos, el odio persiste como la ola que llega a la orilla.


Pero esta fecha no se trata solo de nombrar el dolor, sino también de reconocer nuestras victorias, alegrías y hazañas culturales. La experiencia travesti  tiene un rostro, la rostridad de la resistencia. Desde ese rincón iluminado hemos amado, gozado, deseado, reído, llorado, mordido cada una de nuestras derrotas. Cada una lame la herida de la otra. Tratamos de construir un territorio donde la vida se prolongue más allá del número 30, donde los cuerpos soñados pasen de una fantasía a una realidad. Justo ahí bebemos a sorbos la alegría.


Bailamos moviendo el cuerpo que antes estuvo encarcelado en la ficción biológica del binarismo. Agenciamientos maquinicos de nuestros sexos, ahora interpretados desde la verdad de nuestro deseo y el coraje histórico de locas que desbaratamos normas.


Las personas trans tenemos un rostro más allá de la amargura, la enfermedad y la confusión. Nuestro rostro está más presente que nunca, abriendo la boca y sacando la lengua, comprometido con la elaboración de un lenguaje menos racista, sexista, clasista, con el diseño de un mundo donde estemos todxs.


Nos amamos Trans y Visiblemente Trans y Travestis.

 

 

 

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